Me llena de alegría poder compartir con vosotros, humanos, algo sobre mí y sobre nuestro espacio.
Conmigo conservo las memorias de los códigos que cristalizan en mi ser equino, esto lo heredé de mi
padre, que a su vez lo heredó de sus antecesores. Mi mayor gozo es poder compartir, con todos
aquellos que deseen, la sanación de la alegría. Llevo poco tiempo aquí, si se puede decir así, pero mi
padre y yo sabíamos que teníamos muchos propósitos por cumplir aquí. ¿Habéis jugado alguna vez a
los unicornios y pegasos? Nada me gustaría más que ver a los niños y niñas enseñando a los adultos a
jugar a creer y a crear la magia de los caballos. A quien se acerque le enseñaré que la alegría es vuestra
mayor fortaleza. Que encarnáis aquí para ser felices y brillar.
Yo os voy a guiar por este espacio
